10 Jun
10Jun

En Plena inclusión apostamos por un empleo de calidad para las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.

El derecho al trabajo está reconocido por la Constitución Española (artículo 35.1.):

”Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia...”. También se recoge en el artículo 27 de la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, que contempla el reconocimiento de estas personas a “trabajar en igualdad de condiciones con las demás; ello incluye el derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado”.

Lamentablemente aún siendo un derecho reconocido no es un derecho suficientemente desarrollado, y menos aún en el colectivo de personas con discapacidad intelectual.

Las tasas de actividad de las personas con discapacidad son del 35%, frente al 60% de la población en general, y las tasas de desempleo superan el 40%, frente al 20% de las personas sin discapacidad.

En el caso concreto de las personas con discapacidad intelectual, estos datos son superiores. Según estimaciones de nuestra Asociación Empresarial para la Discapacidad (AEDIS), más de un 60% de las personas que tienen discapacidad intelectual y que están en condiciones de trabajar se encuentra en situación de desempleo. Por lo tanto estamos ante un colectivo con una tasa de actividad muy baja, y una tasa de desempleo muy alta.

En España viven aproximadamente 230.000 personas con algún tipo de discapacidad intelectual y alrededor de 50.000 son susceptibles de ser empleadas: 10.000 de ellas ya trabajan en Centros Especiales de Empleo; otras 5.000 han accedido al empleo ordinario, y las restantes 35.000 se encuentran sin empleo. En el caso de las personas con más necesidades de apoyo, estas cifras de desempleo y tasa de inactividad se disparan.

Esta situación de desventaja sirve de acicate a Plena inclusión y nos indica que en este campo aún hay mucho por hacer. Por eso para Plena inclusión el empleo es un objetivo prioritario para lograr la normalización, la integración y la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad Intelectual, y/o del desarrollo ya que el trabajo:

  • favorece su autonomía personal
  • favorece su participación en la vida de la comunidad
  • redefine su rol en el seno familiar
  • mejora su nivel de autoestima
  • y sobre todo porque ellas quieren trabajar

¿Qué hacemos en Plena inclusión?

Por todas las razones anteriores, las entidades de Plena inclusión –además de reivindicar y defender el derecho al trabajo de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo–, desarrollan actuaciones orientadas a fomentar el empleo y a dar apoyo para mantenerlo a aquellas personas que ya están trabajando, en todos los ámbitos posibles. Por un lado, tienen servicios de intermediación laboral, que identifican demandas de trabajo dentro y fuera del ámbito de nuestra organización, y capacitan a las personas para cubrir esos puestos. Junto a ello, también proporcionan apoyos a aquellas personas que trabajan en empresas ordinarias.

Por otro lado, Plena inclusión tiene un importante proyecto de Empleo Público, mediante el cual apoya al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en la convocatoria específica de puestos para personas con discapacidad intelectual en la Administración del Estado (en cumplimiento de la cuota de reserva del 2%). Estas plazas son de Ayudante de Gestión y Servicios Comunes.

Este apoyo de Plena inclusión consiste en hacer accesible el proceso de inscripción a la convocatoria, así como la facilitación de los temarios, resolución de dudas, etc. a través de un curso específico en nuestra Plataforma de Formación.

Por otro lado, para aquellas personas con grandes necesidades de apoyo, Plena inclusión inició en 2016 un proyecto de Empleo Personalizado que trata de implantar una metodología específica de empleabilidad con este colectivo que tiene su origen en Estados Unidos y que algunas federaciones y entidades de Plena inclusión están ya desarrollando en proyectos piloto. El pasado mes de junio, en Madrid y Sevilla, se han mostrado algunos resultados de estos pilotajes.

¿Qué reivindicamos?

Reivindicamos cambios legislativos que avancen y permitan la flexibilización de las ayudas económicas vinculadas a los servicios y ver cómo pueden cambiarlos en relación a la situación laboral de cada persona en cada momento de su vida, para que puedan contar con apoyos y oportunidades de generar sus proyectos de vida laboral.

En el artículo 27 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, los Estados reconocen el derecho a trabajar en igualdad de condiciones con las demás personas, así como ganarse la vida con un trabajo libremente elegido en entornos laborales que sean abiertos, accesibles e inclusivos.

Tal como recogen las metas para el artículo 8 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la creación de empleos y el uso de prácticas innovadoras en el corazón de la elaboración de las políticas económicas y de los planes de desarrollo, no sólo permitirá crear oportunidades de trabajo decente, sino también un crecimiento más sólido e inclusivo que permitirá reducir las desigualdades y equiparar oportunidades para todas las personas.

 

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